viernes, 9 de agosto de 2013

Cardamomo en Sigüenza (I).

La catedral...



La primera vez que Cardamomo visitó esta ciudad medieval fue hace 22 años con un grupo de amigos y amigas en busca de un cura amigo suyo con cara de pescao y muy salao el tío. Acabó en las misiones; en jequié,Brasil. Como suele pasar en la vida,perdió Cardamomo el rastro de este buen hombre.

Pero Cardamomo volvió muchas veces; por amor o por lo que fuese.Pero regresó.

Esta última vez encontró cambios evidentes en la ciudad seguntina.Todo giraba a otro ritmo.
Incluso encontró un hotelito con su nombre;cosa que le agradó sobremanera.Hotel Cardamomo.

Pero Cardamomo estaba convencido que había estado con Azafrán en esta ciudad, disfrutando de las rutas gastronómicas de tapas y pinchos seguntinos cargados de grasas made in matanzas varias.
Embutidos y chacinas; asaduras y asados. Un fino seguntino compuesto por gaseosa,vermut y cerveza.Y una morcilla de burgos frita con unos torreznos de papada para abrir boca.
Pero Azafrán le perjuraba a Cardamomo que no habían estado juntos en aquella ciudad;y mira que habían pateado lugares...

Cardamomo miraba a lo lejos el castillo medieval mientras se tomaba un café que había mejorado mucho desde su última visita hacía cinco largos años.Y volvía a dudar si entre las almenas aparecería Azafrán con alguna de sus historias.Sería que le echaba de menos.
Pintarrajeaba un cuaderno con algunas experiencias gastronómicas;pocas,porque el dinero no llegaba y pensaba cómo se las contaría a Azafrán;mientras de reojo volvía a añorar su presencia.


Tras los pasos de Azafrán.

Frente a la casa del Doncel.



1 comentario:

  1. Buen calzado lleva usted. Azulito. El verano, a sus pies.

    ResponderEliminar