domingo, 28 de julio de 2013

La insoportable levedad del buffet.

Cuando enseñamos a nuestros alumnos y alumnas el concepto de buffet y sus diferentes clases de desarrollarlo,dentro del tema de ofertas gastronómicas; siempre les recordamos que buffet no es sinónimo de cutrería.
No es un pozo sin fondo donde meter la pata,gastronómicamente hablando,en cada eslabón de la oferta de platos fríos o calientes.
Parece que uno debe asumir que la calidad va a ser relativa por el hecho de que en la tarjetita ponaga eso de alojamiento/desayuno.
Hay que recordar que el servicio lo estamos pagando;nadie regala nada...



En tiempos de cordura nutricional y estando en el Mediterráneo nadie en su sano juicio comprende cómo un buffet de desayuno de un hotel que quiere basar su oferta en gente joven tiene esta empanada mental.
Fritos grasientos, horneados con más aceite que relleno y dulcería con kilos de grasas trans.
Bacon como papel de lija junto a huevos que piden la extrema unción.
Y un café de máquina comercial de una conocida marca (esto al menos me salvó el desayuno) junto a una máquina expendedora de ¿zumos?...
Vamos un canto a lo natural y a lo saludable.
Fuentes llenas de pastelería industrial y un sólo tostador con grandes colas para hacerse una tostada.
Accesibilidad cero a desayunar razonablemente.
Y si preguntas encima te dicen que es lo que pide el cliente.Ja,ja,ja,ja.
Así nos luce el pelo.




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