martes, 23 de julio de 2013

Platos hurtados a Azafrán. (Precuela 1.3).

En algunos viajes realizados con Azafrán no he podido resistirme a espiar cada uno de los gestos que este viejo pirata de las palabras realizaba al componer platos.

Le salía como una sinfonía; apenas sin esfuerzo.

Él siempre me ha jurado y perjurado que era algo espontáneo.
Surgía un chispotazo y de repente garabateaba dibujitos en su cuaderno de viaje.
Debo decir que nunca fue un gran dibujante, así que después mi labor era más bien la de ir traduciendo cada signo como si de un jeroglífico se tratase.
A veces parecía que me trasladase a aquellas clases en la Facultad donde estudiabamos Paleografía con doña Maruja.

Algunos de esos hurtos de su cuaderno de viaje me suponían un grato recuerdo en mis andanzas cocineriles.
Escudriñaba la manera de ensamblar y pegar piezas de ese puzzle creativo de Azafrán.

Especialmete orgulloso me sentía con una receta que Azafrán elaboró en más de un viaje.
Pulpo con helado de frutos rojos y gelatina de pimienta.

Era mi estrella.Más de una noche de bohemia me ha dado a mí el pulpo...

Pero al amanecer,como si de un hechizo se tratase, siempre llegaba la realidad.
Ese plato no era mío.Yo no lo había creado.Era sólo una copia.
Y las sombras volvían a la vida de Cardamomo.

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