miércoles, 29 de enero de 2014

Madrid Fusión 2014 (1.0).Primeras impresiones...(Y algún cabreo).

Las primeras impresiones no son las definitivas. Ni mucho menos.
En la primera cita suele estar muy feo llegar a ciertos límites.
 

 

 


 
 
Este año volvía a su antigua sede de celebración, y se agradece por la profunda incomodidad de la edición del pasado año (eso me cuentan).
La infraestructura de un Congreso de esta magnitud es muy compleja pero jamás hay que perder de vista lo humano. Las personas forman parte especial y peculiar de este tipo de eventos. Sin público no hay nada qué hacer. Sin demanda no tiene sentido la oferta.
José Carlos Capel ha sido y es el ideólogo de este Congreso. Madrid Fusión 2014 plantea certezas y dudas. Y Capel afina como nadie los instrumentos de esta vasta orquesta; él coloca a los músicos y éstos interpretan una obra que en esta ocasión y en determinados momentos parece una tocata y fuga de Bach... Con lo que eso conlleva.
 
¿Se está inflando esto de los congresos gastronómicos como una burbuja inmobiliaria?...
¿Se está agotando un formato harto de repetirse?...
Intentaré responder a estos interrogantes. Ayudadme y participar.
Una de las impresiones más desagradables es cerciorarme de que en este tipo de eventos cada vez más se estratifica a los asistentes. Demasiados espacios Premium (lo que antes definíamos como Vip). Una evidente falta de pudor a la hora de habilitar salas y montar saraos para "unos cuantos elegidos" que rentabilizan al máximo su pase Premium.
Esto siempre es irrespetuoso. No porque allí se repartan los proveedores a mercadear con sus vinos, licores y manjares; sino porque esos mismos mercaderes de lo gastronómico reducen en el espacio común de los mortales las tapas a ofrecer. Y si se te ocurre preguntar te dicen que aquí se viene a aprender y no a comer...Verbigracia. Al final un espacio como el buffet repleto de asistentes hambrientos que comemos un menú-bazofia se convierte en una especie de comedor social, mientras las élites enjuagan sin pundonor su Premium en el último sorbo de su particular orgía.
Intento ser coherente con esto último. Yo siempre quiero pagar lo que como; prefiero hacer una entrevista a degustar una u otra tapa.
Pero esta responsabilidad de los expositores en recortar al público en general para concentrar en unos pocos me huele a la misma realidad de siempre.
Y si no ojéense el último informe de Intermon-Oxfan.  
 
Paz y Bien.


1 comentario:

  1. Me gusta el mensaje de Confucio, donde hay educación, no hay distinción de clases...
    Resulta insultante y difícil de creer que todos estos seres fantásticos y superbrillantes no pongan sus barbas a remojar cuando ya han visto las de sus vecinos cortar... lo digo por lo que comentas del boom inmobiliario...Esto que llaman el progreso será siempre un retroceso mientras no se camine en la vía de la igualdad...

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